La colección de azulejos Luciérnaga surge de observar la iluminación natural por medio de la bioluminiscencia, el ejemplo más conocido es la luciérnaga que inspira da nombre.

Se trata de un azulejo decorado con pintura luminiscente, es decir que por el día absorbe los rayos del sol y por la noche los libera en forma de luz.

La idea es que al instalar los azulejos en las en las fachadas de los edificios (tipo Lisboa) actúen como apoyo a la iluminación eléctrica urbana, para poder disminuir su cantidad y por ende la contaminación lumínica de la ciudad. También se puede utilizar en interiores para un uso más decorativo o para señalética.

Los azulejos Luciérnaga son una colección de seis piezas decoradas mediante la técnica del puntillismo para poder obtener una gama de color, yendo del azulejo limpio (blanco) al saturado por puntos de pintura (negro). De esta forma se pueden realizar diferentes decoraciones como degradados, mosaicos o formas tipo pixel art.